25.3.09

Tracey Moffat y la identidad construida del artista

Obra: Tracey Moffat: Artist. Color. 1999

“En un trabajo en vídeo, la artista australiana Tracey Moffat recopilaba y pegaba breves secuencias de películas clásicas de Hollywood en las que aparecían artistas. En ellas se les veían en diferentes momentos, casi siempre realizando su trabajo. El estereotipo resultante no sólo era cómico y exagerado, sino que con él mostraba la idea que el imaginario colectivo ha ido construyendo a lo largo del siglo pasado y que se debe, en gran parte, al mito del artista bohemio y sufridor ante el acto creador. ¿Nada más lejos de la realidad? En Artist (1999), Moffat nos recordaba que ese mito perdura, puesto que las construcciones mentales son difíciles de cambiar, exigiendo la puesta en valor primero, y luego en circulación, de otras más acordes con el presente. (...)
(...) Mucho han cambiado las cosas sí, pero para ese imaginario colectivo, para la construcción social de Occidente, esa imagen (y, por tanto, ese estatus) perdura claramente, pese a su no correspondencia con la realidad de la contemporaneidad artística. Bastaría con hacer una encuesta de urgencia para comprobarlo. Y tiene su razón de ser e incluso su interés ideológico.”
(Juan Antonio Álvarez Reyes. Análisis del estatus. Presentación del objeto a debate. En Inventario nº12. El estatus del artista)

En este vídeo Tracey Moffat recopila fragmentos de distintas películas comerciales en las que aparece representada la figura del artista. La obra acaba convirtiéndose en una burla, que se revela ante la concepción social del artista que ha sido provocada por la sociedad tecnológica en que vivimos. La gente ve al artista como una figura bohemia, vividora, que vive y trabaja por amor al arte,… tal y como se representa el perfil del artista en el cine. Ya que la identidad se construye, deja en el aire la cuestión de la identidad del artista construida a través de los tópicos cinematográficos.