7.2.07

LA EXPOSICIÓN INVISIBLE



La fascinación del arte del siglo XX hacia lo no-visual encontró en el campo del sonido –más intensamente que en el ámbito de lo táctil o de lo olfativo– un terreno adecuado para su desarrollo. El hecho de que la poesía requiera de la voz, y que el teatro también exista gracias al diálogo, pueden ser factores que en primera instancia provoquen la desviación de lo visual –el campo de actuación del arte en términos objetivos– hacia lo sonoro. En el arte del siglo XX es frecuente el uso del sonido o de la voz humana como estrategia de apoyo para conceptualizar el espacio. El sonido nos invita a situar el cuerpo en ese lugar en el que se cruzan, de modo performativo, las acciones del espectador y del artista.

LA EXPOSICIÓN INVISIBLE supone un acercamiento a esta noción de espacio como lugar físico, un área en la que el artista manipula el sonido como si de un material dúctil se tratase. La exposición, coproducida por el MARCO, Museo de Arte Contemporánea de Vigo, y el Centro José Guerrero de Granada, y comisariada por Delfim Sardo, reúne una selección de obras de artistas clásicos contemporáneos que nos invitan a reflexionar sobre el espacio a partir del sonido; el sonido entendido como voz o como vehículo que aporta corporeidad, asentado sobre componentes no visibles.

La presencia compartida de objetos, sonidos y personas en el espacio expositivo define, en la experiencia artística, un espacio que podríamos llamar escultórico, creado por la confluencia, abstracta, entre el sonido, el espacio y el cuerpo. Al unir la dimensión espacial y la experiencia sensorial, obtenemos las claves para abordar esta exposición.

Es la relación entre lo visible y lo invisible, entre la plasticidad acústica de la obra y la vacuidad material, la que define el discurso del comisario, dibujado a través de una rigurosa selección de piezas del arte del siglo XX. La evolución de la sonoridad en el campo artístico, en buena parte determinada por los avances en la electroacústica, planea sobre el amplio período que discurre entre el arte de los ruidos de Luigi Russolo, la relación música-artes plásticas de Kurt Schwitters, la poesía fonética de Raoul Hausmann y las experiencias posteriores representadas por Vito Acconci, Joseph Beuys, Louise Bourgeois, James Lee Byars, Janet Cardiff, Martin Creed, Luísa Cunha, Rodney Graham, Juan Hidalgo, Ceal Floyer, Joan Jonas, On Kawara, Antoni Muntadas, Bruce Nauman, Julião Sarmento, Michael Snow o Stephen Vitiello.

El sonido, como medio, actúa como una prolongación del espacio, adquiriendo fisicidad al permitirnos evocar una imagen. El resquicio físico, como fin, es parte de la experiencia intangible que parte del sonido y de su capacidad de crear forma, no sólo de integrarse en ella. LA EXPOSICIÓN INVISIBLE se aleja de la amplitud del concepto del arte sonoro al analizar la evolución del arte de sonido —frente al arte con sonido— interrogando la naturaleza del arte que es imposible ver, y que imaginamos en la temporalidad creada por la unión entre el espacio, el sonido, y la percepción del espectador.

FECHAS
6 de febrero 2007 a 8 de abril 2007

LUGAR
Centro José Guerrero, Granada.

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